Un chulo emblema de Cordialidad, facción que a mí me parece la más mentirosa de todas. |
La mala leche no le ayuda a mi digestión, pero como es divertida…
Pues
después de fumarme Divergente porque me dijeron que era un buen libro y otras
cosas que no viene al caso contar, y reseñarlo en +bits (aquí), instando a las
masas a alejarse de él (porque seamos sinceros, podría haber sido un libro
decente para pasar el rato, pero la confusión de términos entre osadía,
valentía, estupidez y brutalidad rompe todo el cuadro que nos había intentado
pintar Verónica Roth), decidí que quizá era una buena idea leer Insurgente (por
favor, en este momento alguien me da un zape y me dice que deje yo mis buenas
ideas, que hoy ya tuve bastantes).
Y los resultados de leer Insurgente fueron: tener
ganas de aventar el libro muy lejos, porque me preguntaba de si estaban
insultando mis capacidades mentales, y unas ganas de matar a los protagonistas
con sus propias armas.
En sí, ¿cuál es el problema de Insurgente?
¡Es un
libro sin rumbo!
Y además de
no tener rumbo (el ochenta por ciento del libro te preguntas hacia dónde van
los personajes, porque parece que van a trompicones por ahí haciendo
estupideces, confundiendo valentía con brutalidad y con estupidez —sobre todo
Tris, que decide que rescatar gente en un lugar atascado de potenciales
asesinos sin una sola arma es una buena idea—), tampoco tiene ritmo. Avanza a
trompicones, como los mismos personajes, que se vuelven más estúpidos a cada
oración y acaban traicionándose hasta a sí mismos en un intento de Roth por
hacer la trama interesante (quizá para algunos lo logré, pero aunque esté
presente el factor «misterio», los personajes que cambian brutalmente de
personalidad le quitan el encanto a todo).
La relación
de Tris con Cuatro involuciona en un párrafo y evoluciona al siguiente…, aunque
quizá esto tenga que ver con los evidentes transtornos de personalidad de Tris
(llamados Divergencia… si la autora quería hacer notar que la divergencia era
algo más interesante no lo ha logrado: Tris va de actitud Abnegación a actitud Osadía
a saltos y les juro que una facción llamada Estupidez Crónica le viene que ni
pintada en algunos momentos del libro).
No todo es
malo en Insurgente: sí hay cosas que valen la pena, cómo esa pregunta que te
deja Roth al final. Esa incertidumbre por saber si va a conseguir resolver el problema
que armó con el final (un final no muy sorpresivo desde la mitad del libro,
pero igual impacta un poquito) y esos pocos buenos personajes escondidos entre
protagonistas involucionados, traidores a la sangre, pero no a la facción y
brutales Osadía que creen que matar a gente sin armas a sangre fría tiene que
ver si quiera un poco con la valentía.
He leído reseñas mixtas sobre Divergente. Lo he visto por ahí, pero realmente no me ha parecido tan interesante. No creo que lo lea en un futuro cercano.
ResponderEliminarHay críticas mixtas, sí, yo lo leí por mera curiosidad, y bueno, no resultó muy bien que digamos...
EliminarNea, querida, adoro tus destrozamientos.
ResponderEliminarSinceramente, mis ganas de leer Divergente e Insurgente son alentadas por la mera curiosidad. Sí, nomás por saber por qué hay gente que los odia y gente que los ama. Porque en lo personal, no llaman mucho mi atención, no con el estallido de distopías que se ha dado últimamente (sí, se parece a cierto boom alentado por ciertas seudo-criaturas de la noche que... sin comentarios).
Por otro lado, tus recomendaciones no suelen decepcionarme, y aún siendo tus destrozamientos lo opuesto a una recomendación, tampoco hay que dejarla pasar. Sobre aviso no hay engaño, se dice. Así me lanzaré a leer esas dos cosas, sacar mi propia opinión y claro, en caso de odiarlo, compartir insultos a ambos libros contigo.
Cuídate mucho y nos leemos en otra ocasión.
Sé que adoras mis destrozamientos, casi casi por eso te lo pasé, además hace poco que no ando en ánimo de leer pendejadas como esta para destrozar, así que aprovecha :DDD
EliminarSí, con Divergente no me han tocado puntos medios. O los adoran o los odian (algo bastante curioso).
Pues sobre aviso no hay engaño... ¡Suerte!
Nea.