Martin hace que lo imposible parezca sencillo. Tormenta de espadas confirma Canción de hielo y fuego como un hito de la fantasía épica. Brutal y poética, conmovedora y cruel, la magia de Martin, como la del mundo de Poniente, necesita apenas una pincelada para cautivar al lector, hacerlo reír y llorar, y conseguir que el asombro ceda paso a la más profunda admiración por la serie.
Después de Choque de reyes llega la tercera entrega de la saga y las cosas empiezan a complicarse. El norte se encuentra en situación desconocida y todos creen que los Stark están a punto de extinguirse mientras Robb, que ha ganado todas las batallas, mira como sigue perdiendo la guerra a pesar de sus esfuerzos. Tywin Lannister releva a su hijo como mano del rey y se propone afianzar las alianzas que se han venido formando en torno a la casa Lannister.
Robb Stark |
Sansa Stark, rodeada de leones, ya no es obligada a casarse con Joffrey, sin embargo, tal vez un destino mejor o peor, depede de cómo se mire, esté preparado para ella mientras Margaery Tyrell, viuda de Renly Baratheon, aun virgen, queda comprometida con Joffrey.
Arya Stark huye de Harrhenal con su manada y Jaime Lannister se ve súbitamente liberado mientras carga a cuestas la promesa de recuperar a las hijas de Catelyn Stark.
Demasiadas caras nuevas. Demasiados jugadores nuevos. Mientras me pudría en la cama el juego ha cambiado y nadie me va a explicar las reglas.
Stannis se recupera de la reciente batalla perdida y el Norte, más allá del muro, cada vez es más vulnerable. Porque el Invierno se acerca, y con él los caminantes, y eso no hay que olvidarlo. Los salvajes se aproximan al muro y un bastardo los acompaña, compartiendo su cama y su compañía sin revelar nunca sus secretos.
Y más allá del mar, Danaerys busca un ejército propio en las ciudades libres para embarcar hacia Poniente por fin, reclamar aquello que le pertenece por derecho: el trono de hierro.
Martin vuelve a hacerlo, esta vez con el libro más ameno de la saga en lo que llevo, quizá, y también un libro que no te deja respirar porque cada capítulo pasan cosas importantes, que no puedes perder de vista y más de una que te dejará sin aliento, mirando fijamente la hoja del libro sin creer lo que acabas de leer.
Nea