Sinopsis: Este libro de la periodista, escritora y activista sueca Kajsa Ekis Ekman nos propone una reflexión crítica, profunda y rigurosa sobre dos industrias de la mercantilización de los cuerpos de las mujeres. Partiendo de premisas feministas y marxistas, Ekman examina tanto la prostitución sexual como la prostitución reproductiva o uterina (los llamados «vientres de alquiler») como dos instituciones que comercializan y explotan las mujeres. La apropiación y explotación de la sexualidad y la capacidad reproductiva del cuerpo de las mujeres ha sido, y es, uno de los fundamentos de las sociedades patriarcales pero también un frente de lucha histórico del movimiento feminista. El libro presenta un análisis de los argumentos harto semejantes que, bajo un aparente progresismo, sirven para legitimar esta explotación. Estas industrias, nos dice Ekman, son el producto de la intersección del capitalismo (donde los ricos compran a los pobres) y del patriarcado (donde los hombres compran a las mujeres, y las mujeres complacen a hombres), sin olvidar la presencia del racismo y de las relaciones neocoloniales Norte-Sur. Frente a los discursos que presentan estos sistemas como innovadores e inocuos, Ekman nos muestra el daño real que estas estructuras causan a las mujeres implicadas: tanto la prostitución como la maternidad subrogada no son actos anodinos sin consecuencias para la vida y la salud de las mujeres. La autora documenta diversas estrategias de defensa y supervivencia en ambos sistemas, entre las cuáles destaca la disociación, el hecho de tratar de «desconectarse», y el fenómeno de la reificación (cosificación), definido por el teórico marxista Georg Lukács.
Lo de premisas marxistas... vale, no tanto. O sea, Ekman usa conceptos marxistas unas veces mejores que otras y algunas de sus premisas lo son, pero en general su análisis no lo es tanto. En fin, lo que sea, yo vine a hablar de otra cosa, no de la sinopsis del libro. Hace mucho que quería leer esto porque es un libro que además de analizar la prostitución desde una perspectiva abolicionista, hace lo mismo con la gestación subrogada. Ekman es una feminista sueca y dado que este es un única publicación que encontré traducida, no tengo más datos sobre ella (pero vine a hablar de lo que dice, no de quien es y muchas veces lo que dices te refleja mucho mejor), salvo que es radical, por lo que tengo entendido. El libro me pareció en general una lectura bastante decente y buena, obviamente difiero en algunos planteamientos del feminismo radical siendo yo marxista (ya saben, existen las diferencias), pero en general, es un buen libro para leer de manera crítica y que pondría como lectura recomendada si el tema es el abolicionismo. Bueno, vamos por temas.
Los orígenes del modelo nórdino (o sueco)
Cuando se habla de modelo nórdico, también conocido como sueco, en el abolicionismo, se habla de la legislación que se aplicó en el país en el año 1998 con respecto a la prostitución. Era una legislación que, por primera vez, no perseguía a quienes estaban en situación de prostitución, sino que penaba y perseguía activamente a los compradores (y, por lo que tengo entendido, también a proxenetas); se presenta como modelo "abolicionista", aunque yo más lo veo como una reforma dentro del capitalismo (que sí, efectivamente, a veces contribuye a mejorar un poco la vida de las mujeres). Pueden buscar más información sobre esta legislación, cómo se aplica, qué otros países la aplican (aunque siempre adaptada a necesidades específicas) y qué resultados ha tenido, en la página Traductoras por la abolición de la prostitución. Yo en su momento ya hablé de él en la crítica que hice de Teoría King Kong.
Kajsa Ekis Ekman habla de un poco de historia en lo que respecta a Suecia y cómo surgió este modelo. Habla del estudio que se realizó y en el que las prostitutas participaron activamente y sus testimonios (que ocupaban más de un centenar de páginas en el estudio) eran un tema central. Me parece importante esta historia (aunque sea el caso de un país nórdico), porque a veces siento que perdemos mucho el tiempo en la discución (ya más estéril que nada) de "¡es que nadie escucha a las prostitutas!" (es una discusión que no toma en cuenta que no son un colectivo homogéneo que puede pensar de diferentes maneras y que tiene agencia, donde también se dan estos desacuerdos, véase, por ejemplo, el Diálogo sobre la prostitución que publicaron Lohana Berkins y Claudia Korol, donde el propósito era que fueran las protagonistas las que tuvieran la palabra). Pueden revisar un poco más sobre esta historia en estos fragmentos que publiqué en tuiter:
Kajsa Ekis Ekman habla en El ser y la mercancía de los estudios (suecos) que sentaron base para lo que hoy es el modelo sueco. pic.twitter.com/cN7yCyhjXz— 🐉 Andrea Vega 🐲 (@NeaPoulain) June 5, 2019
En fin, sobre este modelo se pueden dar otros debates, claro. No deja de ser un modelo reformista que funciona dentro de los marcos del capitalismo. Sí, se reduce la trata, pero se devuelve a las extranjeras que llegan gracias a los tratantes a sus países de origen de manera sistemática, lo cual no deja de ser como poner un curita encima de una hemorragia, puesto que eso no ayuda a mejorar las condiciones de vida de las mujeres (que vuelven a ambientes de precarización, donde no tienen opciones de supervivencia). Igual, aunque el modelo dé resultados, no es perfecto (y funciona precisamente porque Suecia tenía unas tasas altísimas de prostitución y ahora anda, si no me equivoco, por la media europea, lo cual no es ideal, pero si es una reducción si consideramos de que estado partía). Es, quizá, una opción mejor que el regulacionismo instaurado en Alemania y Países Bajos, lugares en los que ha aumentado la trata, tal como se expone en El modelo alemán está creando el infierno en la tierra.
En fin, esto es para que conozcan el modelo, aunque hay que tener en cuenta y casi casi grabado en negritas, que es un modelo que se promulgó con base en las características particulares de Suecia, un país nórdico que puede permitirse absorber niveles brutales de asistencia estatal, cosa que es imposible para un país del sur global. O sea, el modelo no es la panacea, pero conocerlo es buena idea, como es buena idea conocer todo lo que uno quiera críticar o analizar.
Adendum 2020: no lo mencioné en su momento pero además de la asistencia estatal (que tiene distintos resultados) este modelo se ve como algo "perfecto" porque también se basa en niveles de deportación brutales. Léase, si las mujeres no son ciudadanas, simplemente se deshacen del problema. Algo muy primer mundo de su parte. Así que sostengo que el modelo está muy lejos de ser la panacea, aunque el alemán y el de Países Bajos me parecen más infernales (si es que acaso podemos calificarlos de alguna manera).
Desarticular el discurso abolicionista
El gran acierto del libro, considero, es la manera en que Ekman analiza cómo se construyen los discursos en favor de la regulación de la explotación y cómo evolucionan en distintos contextos. Por supuesto El ser y la mercancía es un libro centrado en Suecia, así que analiza a muchos suecos, pero también lo hace con estadounidenses y europeos en general (eso sí, del sur global, no analiza mucho y, aunque muchos discursos se repiten, otros difieren y sólo son parecidos en la superficie). Algo que quiero dejar claro antes de meterme de lleno en esta sección: los discursos en favor de la regulación sólo le ayudan y le hacen la tarea al capitalismo, aunque, según la audiencia, intentan apelar a algún supuesto carácter revolucionario (y no, la explotación no es revolucionario) o a la idea de que cosas que siempre han existido en el status quo (de nuevo, la explotación de las mujeres) ahora pueden ser disidentes. O sea, todos esos discursos que hacen de la mujer una mercancía, apelando a una supuesta libre elección (¿dentro del capitalismo?, no me hagan reír), le andan haciendo la tarea al sistema, no revolucionándolo.
Dejando eso en claro, vamos a empezar. Ekman empieza analizando cómo lo que muchas veces empieza con "cada quien hace lo que quiere con su cuerpo" (donde "hace lo que quiere" es claramente "ponerlo a la venta"), termina blanqueando a los proxenetas (varias organizaciones presentadas como sindicatos a pesar de no hacer ningún trabajo sindical, han hecho declaraciones que parecen avalar a los explotadores, es decir, los proxenetas), haciendo creer que la trata es sólo una conspiración para mantener a las mujeres con miedo (y no, no lo es, pero, por ejemplo, precisamente en eso cae Virginie Despentes en Teoría King Kong). Los ejemplos de a dónde llegan los discursos en pro de la regulación son muchos y muy variados. Tenemos, por ejemplo, los que blanquean directamente la trata y a los proxenetas:
Kajsa Ekis Ekman (en El ser y la mercancía) analiza muy bien como evolucionan algunos discursos regulacionistas de la prostitución y como hay a quién le interesa que la trata de personas con fines de explotación sexual sea vista como un mito nada más. pic.twitter.com/LPfHTThddt— 🐉 Andrea Vega 🐲 (@NeaPoulain) June 5, 2019
Hasta Virginie Despentes habla de eso en Teoría King Kong y dice que «nos quieren asustar con la trata» y que las cifras son fraudulentas. Obviamente, al que quiere regularizar la explotación, le conviene esa narrativa. pic.twitter.com/YHtHDeFRgr— 🐉 Andrea Vega 🐲 (@NeaPoulain) June 5, 2019
En fin, blanquear a los proxenetas y negar la trata es algo muy feo. Implica negar la cantidad de mujeres que viven en condiciones de esclavitud en el mundo, implica negar que las mujeres en la prostitución son de las mujeres que más sufren agresiones sexuales e implica negar que en muchas encuestas (por ejemplo, la que se aplicó en suecia que la escritora misma expone allí o la que se aplicó a las mujeres trans y travas en argentina y está en Cumbia, copeteo y lágrimas) más del 80% de las mujeres dicen que, si tuvieran los medios para dejar la prostutitución, lo harían. La escritora lo expone algunos fragmentos más abajo.
Que por qué esos discursos de blanquear a los proxenetas son una mierda, bueno, acá. Fragmento de El ser y la mercancía de Kajsa Ekis Ekman. pic.twitter.com/MuE18acUmb— 🐉 Andrea Vega 🐲 (@NeaPoulain) June 6, 2019
Bueno, Ekman desarticula bastante bien todo el discurso y lo analiza a fondo. Por ejemplo, cuando habla de cómo una revista para jovencitas promueve el regulacionismo y lo hace con artículos que hablan de eso, hace notar como los artículos hablan de los supuestos "aspectos glamurosos" de la vida de una prostituta, sin tomar en cuenta que la mayoría vive en la precarización y no está en situación de prostitución para obtener "dinero fácil", sino porque existen unas condiciones económicas que, bajo el capitalismo, empujar a las mujeres a la precarización y donde las únicas elecciones libres son "venderse" (odio esa palabra, porque además casi nunca se venden, sino que son vendidas y controladas por un proxeneta en la mayoría de los casos) o morirse de hambre. Además, hace notar, en todos esos discursos, nunca se habla del supuesto "producto" que se vende. Habla de cómo se crean sesgos: autores y autoras regulacionistas que entrevistas sólo a aquellas mujeres que comulgan con sus ideas o que directamente las manipulan para que sus testimonios suenen como ellos quieren.
En fin, el Ekman también analiza los discursos que apoyan la gestación subrogada y que en general se basan en el "altruismo" y en el "hacer buenas obras para pobres parejas que no pueden tener hijos", sin hacer hincapié en qué exactamente es lo que se pone en riesgo (nueve meses de embarazo y absoluto control por parte de las agencias). Hay discursos que incluso parecen llevados al absurdo, por ejemplo, quien propone que como las mujeres de color (detesto ese término también, porque engloba a un montón de mujeres cuya única característica en común es no ser blancas, aun cuando sus experiencias según su lugar de nacimiento, su raza, su clara, pueden hacer que todo lo demás varíe, pero pues en este momento no tengo otro que explique lo que quiero) que gestan hijos para parejas blancas (y dónde el bebé es blanco, claramente) contribuyen a eliminar el racismo (¿? lo sé, les voy a poner la cita porque no tengo otra menra de explicar esa jalada de los perlos) o cómo el hecho de que sean las mujeres pobres las "madres sustitutas" constribuye a eliminar los prejuicios entre las clases (wow, nunca se me hubiera ocurrido que la explotación iba a acabar con los prejuicios de clase). Acá mis evidencias:
Hoy en discursos de mierda que existen en el mundo: «es que la maternidad subrogada puede combatir el racismo y eliminar prejuicios entre clases».— 🐉 Andrea Vega 🐲 (@NeaPoulain) June 6, 2019
El ser y la mercancía, Kajsa Ekis Ekman. pic.twitter.com/btkhgZ4EAV
En fin, Ekman desarticula también esos discursos y eso es lo que considero más valioso de todo el libro. Por lo demás, se centra en la psicología de las mujeres en situación de prostitución, cosa también harto interesante, pero pues los estudios que cita en general están centrados alrededor de europa y muchas veces obvian la clase como un eje central del que se debe partir (puesto que la prostitución es algo atravesado por la clase), así que creo que muchas cosas no aplican al 100% en el sur global (obviamente no es que sean completamente diferentes, sólo que para la perspectiva que vivimos en este lado del mundo, quizá habría que matizar mucho más).
Por ahí también siento que hay mucho determinismo biológico y que se le da a la biología un peso exagerado porque las mujeres no caen en la prostitución sólo por eso (sí, en muchos casos es un factor de mucho peso, incluyendo a las mujeres trans en esta afirmación, sólo vayan a checar Cumbia, copeteo y lágrimas), pero no es sólo eso. La prostitución es algo severamente atravesado por la clase, del mismo modo que lo es la gestación subrogada (aunque aquí sí es requisito básico tener útero y ya no sólo eso, sino ser fértil). Las mujeres de la burguesía no son prostitutas (en algunos casos, incluso, se benefician de esta, como proxenetas), ni son "madres sustitutas". La clase es un elemento clave a analizar en estos dos temas (aunque es obvio que el género también es algo super importante porque se trata de formas de explotación feminizadas) y me hizo falta que Ekman la incluyera más (aunque sí, la menciona, sobre todo al hablar del origen de la prostitución y eso me parece bien, digo, considerando que hay quien la obvia por completo, es un paso).
Finalmente, aquí acabé. Tengo otro desacuerdo con el libro en lo que respecta a hacer falsas equivalencias (en el apartado que habla de cómo se mitifica la imagen de las mujeres en prostitución) porque creo que sus ejemplos supuestamente equivalentes (que tienen que ver con raza en el mayor de los casos, aunque hay algunos qu no) no lo son del todo y que en todos hace falta matizar (si no es que quitarlos directamente). Fuera de eso, me parece que el libro es interesante para una lectura crítica y es de mucha ayuda, sobre todo si quieren conocer cómo evolucionan discursos regulacionistas y cuáles son los charcos argumentales que tienen. No es perfecto (digo, para mí, soy marxista, yo que más quisiera que todos estos análisis se hicieran desde el materialismo), pero es bastante bueno.
Está disponible en mi carpeta de drive aquí (ya saben que yo no recomiendo libro de teoría sin su respectivo link a dónde lo pueden encontrar, con prioridad en los que pueden encontrar de manera gratuita). No olviden mi guía de lectura sobre abolicionismo tampoco.
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